La globalización es un proceso que se ha dado de manera continua en la historia reciente y que consiste en la integración de las distintas economías nacionales dentro de una gran economía de mercado mundial de carácter totalitario, es decir, se ha originado por la comercialización y transacción de bienes y servicios entre diferentes países alrededor del mundo, los que rigen sus sistemas económicos según el movimiento de capitales internacionales, que se han posicionado como los entes que rigen el sistema económico internacional. Sin embargo, esta definición no deja de ser ambigua, porque depende de la interpretación o el simbolismo que le dé cada persona, ya que abarca diversos aspectos como lo social, político, económico, cultural e incluso el tecnológico. Todos estos aspectos se ven influidos y transmitidos de unos países a otros, produciéndose una interconexión y dependencia mutua, la cual no se detiene con el paso del tiempo.
En este fenómeno, la comunicación inmediata surge como un elemento imprescindible para llevar a cabo las transacciones comerciales y de información. Así Internet es un medio que a través de la tecnología de un computador, nos permite encontrar información y transmitirla a grandes distancias de manera rápida y eficaz, lo cual traspasa las fronteras políticas y temporales, pudiéndonos situar en distintos países de manera sincrónica, conociendo sus distintas realidades, culturas y puntos de vista respecto a una materia específica.
Sin embargo, la cantidad de información disponible a través de Internet es muy variada, y de fácil acceso, lo cual nos hace dudar de su credibilidad ya que cualquier persona puede subir información a la red sin necesidad de revelar su verdadera identidad o su fuente de información puede ser poco confiable; sin considerar los diversos tipos de fraude que pueden haber al ser una herramienta manipulada por el hombre.
En esta misma línea, la globalización no beneficia a todos los países, ya que no todos tienen acceso a las oportunidades para su desarrollo y crecimiento, generándose una desigualdad social, económica, cultural, etc. Además se genera una dependencia jerárquica entre los países, ya que aquellos que cuentan con los recursos disponibles, como lo son los países desarrollados, están capacitados para comprar materia prima a países subdesarrollados, y a su vez esta materia prima es procesada por la clase obrera o mano de obra barata, de manera tal que la clase dominante ahorra los costos de producción y así los productos son vendidos a mayor precio a los mismos países productores de materia prima; una realidad presente en la actualidad, de la cual no todos tienen conocimiento o hacen crítica de ella.
La desigualdad es la principal desventaja de la globalización, por lo que los países que se encuentran excluidos no se benefician de ésta o no tienen acceso debido a sus características como son el no producir bienes y servicios, no tener los conocimientos necesarios y la infraestructura para comunicarse y comerciar con otros países.
Al referirnos a la desigualdad anteriormente mencionada, queremos decir que este fenómeno no tiene la virtud intrínseca de ser algo que va a llevar al mundo a un progreso en virtud de un desarrollo sostenible para la mayoría de los países, sino que por el contrario se está demostrando que los grandes monopolios están imperando en todo el mundo con un poder económico tal que ata de manos los intentos de desarrollo ansiados por países que debido a circunstancias geográficas, sociales o históricas no han podido llegar a un mejor estatus. Si bien la tecnología es una de las herramientas que fomentan la globalización, no se ve que a través de estas hayan cambiado las conductas anti-éticas propias de grupos económicos que perpetúan su condición gracias a la explotación, la extorsión y el chantaje, conductas propias de negociantes que visten trajes de miles de dólares, conducen autos lujosos y pasean por Europa con sus hijos que heredarán sus empresas.
En contraste a lo mencionado anteriormente, otro de los aspectos positivos que se puede considerar de la globalización a través de las tecnologías de la información, es que los individuos ya no requieren ser enciclopedistas para poder tener un conocimiento general de las cosas del mundo y por ello es que se ha generado una diáspora de grupos minoritarios que ven en este fenómeno la posibilidad de elevar su voz frente a los planteamientos que va generando la sociedad actual. Las minorías étnicas, sexuales, culturales o urbanas, la ecología, el humanismo y grupos políticos con visiones menos tradicionales se han podido posicionar con mayor voz dentro del mundo de la información y el conocimiento, lo cual en el pasado era algo más limitado ya que todo pasaba por el filtro de los medios de comunicación masiva y los intereses creados por grupos económicos que manipulaban la información a su propio provecho, al igual como ocurrió en nuestro país hace algunas décadas de manera patente.
Sólo queda tratar de mostrar una actitud crítica frente a los cambios que se producen debido a este fenómeno, el cual no se detendrá eventualmente, a partir de cualquiera que sea la disciplina a la que uno pertenezca o a la ideología política por la que uno se incline, ya que es algo transversal a los poderes de un estado. Es de esperar que prime la ética y la voluntad de dejar existir a los que son distintos de nosotros. La complejidad del hombre se caracteriza por la plurivocidad de sus sentidos y por ello este fenómeno ha desorientado aún más el rol del ser humano en el mundo. La globalización nos lleva a replantear esta posición y nos da la tarea de crear una nueva visión del hombre como ser integral, tomando en cuenta sus recursos tecnológicos y económicos como herramientas de desarrollo y no como fomento de la desigualdad que ya nos supera en diversas partes del globo.